Aprender a decir “no” es necesario e importante, de lo contrario perderíamos el control de nuestra vida y nos llenaríamos de rabia por no hacer lo que en realidad queremos. Quizás alguien pueda pensar que decir que no es de mala persona y que así estamos siendo desagradables. Pero es necesario, por momentos, saber establecer límites y no ceder ante manipulaciones y chantajes emocionales varios.
No se trata de ser un egoísta que ignore las necesidades de los demás, sino de encontrar un equilibrio.
- No tengas vergüenza de decir “no”
Muchas veces aceptamos algo que no nos gusta por vergüenza al qué dirán o a no encajar en un grupo de personas. Pero si eso que aceptamos no es lo que queremos, la vergüenza debe quedar a un lado. Este sentimiento solo destruye nuestra personalidad, por eso no te dejes vencer por ella y di «no» cuando así lo sientas.
- Decir “no” también es parte del equilibrio del día a día
El “sí” y el “no” son dos fuerzas que conviven para llegar a un equilibrio (como también se representa en el concepto del yin y el yang). Aunque muchas veces es más difícil decir “no”, si dejamos que uno de ellos pese más que el otro perderemos el equilibrio cayendo hacia un lado, y una caída puede significar un daño.
- Negarse también habla del respeto que te tienes a ti mismo
Al decir “sí” sin estar de acuerdo con ello lo único que haces es faltarte el respeto a ti mismo. No esperes a que otros lo hagan por ti, ten el valor y adopta el “no” para todas aquellas situaciones con las que no estés de acuerdo.
Recuerda que todos somos personas con igualdad de derechos. Nadie es jefe o mejor si de respeto y derechos se trata. Usa la palabra “no” cuando tus derechos se vean amenazados, no importa quién esté frente a ti, ni qué tan importante sea. Recuerda también que uno cosecha lo que siembra, por eso imponte con un «no» sin faltarle el respeto a otras personas.
- Decir “no” te hace fuerte
¿Cuántas veces nos ha salido un “no” rotundo mientras otros daban por sentado que iba a ser un “sí”? Y apuesto que te has sentido orgulloso de ti mismo. Eso es precisamente lo que significa crecer como personas, sintiéndonos orgullosos de quienes somos, y para ello el “no” debe formar parte de nuestras decisiones cada día.
Además, los efectos de decir “no” se contagian. Esa fuerza que crece cuando te decides a decir «no» se traslada a tu ámbito personal. Tu pareja, tu familia y todos aquellos que te rodean verán en ti una fortaleza que no se consigue bajando la cabeza y aceptando lo que se cruce por el camino. El sentirte más seguro no permitirá que otros se impongan sobre ti y atraerá personas con iguales convicciones.
- A veces decir “no” es volver a nosotros
Muchas veces nuestras respuestas obedecen al efecto que tienen en las demás personas. Decimos “sí” para no hacer sentir mal a un ser querido, a pesar de no estar de acuerdo. Pero debemos pensar en nosotros mismos y en lo que en realidad nos hace felices.
Si piensas que al decir que “no” puedes llegar a perder a una persona u oportunidad, da por sentado que esas cosas que pensabas que eran importantes no lo son si el aceptarlas significa perder tu integridad.
Saber decir “no” cuando realmente lo necesitas, es una habilidad que te ayudará a preservar y utilizar de manera efectiva tu tiempo. Cuando aprendes a decir «NO» realmente empiezas a tomar el control de tu vida, y a redirigir tu tiempo hacia las personas y actividades que son verdaderamente importantes para ti.
¡No dejes pasar el tiempo diciendo “sí” cuando quieres decir “no”!
Fuente: Genial