¿Llega el lunes y en vez de sentirte recuperado, te sientes más agotado que el viernes anterior?
Tras una semana laboral lo único que deseamos es descansar y hacer otras cosas para las que no tenemos tiempo los otros días. El problema es que algunos de nuestros hábitos en vez de ayudarnos a recobrar energía, nos la quitan.
¿Por qué? Es probable que cometas algunos de estos errores:
1. Excederse con la comida
Lo último que muchos quieren hacer el fin de semana es cocinar y lavar trastes, por lo que la alternativa es comer fuera.
Un estudio publicado en la “’Revista de la Academia de Nutrición y Dietética”, asegura que el 92 por ciento de las comidas realizadas en restaurantes superan, como media, las 1.200 calorías; cuando la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) recomienda una ingesta media diaria de 1.800 calorías para los hombres y 1.380 para las mujeres.
Las comidas pesadas implican una digestión larga, lo que interfiere en la calidad del sueño y obliga a trabajar al sistema metabólico fuera de hora, alterando los relojes biológicos e impide descansar bien, además de que nos predispone a ganar kilos.
2. Dormir hasta tarde
Una de las cosas que más se anhela al finalizar una semana de trabajo es dormir hasta mediodía.
Una investigación publicada en 2015 en el “Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism” confirma que cuanto mayor es la diferencia de horas que pasamos durmiendo entre los días laborales y los de descanso, mayor es el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Alterar nuestro ritmo de sueño, también provoca cansancio, dificulta la concentración y provoca una sensación de hambre que puede conducirnos a comer cuando no debemos.
Lo que se aconseja para que el organismo se reponga, si es que nos acostamos tarde, es dormir un poco más de lo habitual (no más de dos horas) y, si aún así, seguimos teniendo sueño, tomarnos una siesta de unos 20 o 30 minutos al mediodía.
3. Pasar dos días de TV y sofá (o cama)
Descansar para muchos es sinónimo de estar acomodados en el sillón o en la cama, viendo una película o series, ya sea a través de la TV, la computadora, la tablet o el smartphone; pero pasar dos días delante de la pantalla puede pasarnos factura.
Investigadores de la Universidad de Texas (E.U.A) hallaron que el abuso de la televisión se asocia con sentimientos de soledad, depresión y falta de autocontrol y puede acabar afectando negativamente al trabajo y a las relaciones, además de causar fatiga y posibles problemas de obesidad.
Los psicólogos también afirman que ver tanta tele es un intento de evadirnos de nuestros problemas, algo que no conseguimos y que puede acabar causándonos más estrés del que ya tenemos, además de una intensa sensación de vacío.
A esto hay que añadir que el brillo de la pantalla y el movimiento continuo de las imágenes dificultan la conciliación del sueño.
4. Ponerse al día con el ejercicio
Muchos no tienen el tiempo o se sienten demasiado cansados como para realizar actividades físicas entre semana, por lo que al llegar el fin, intentan recuperar el tiempo.
Matarnos el fin de semana realizando alguna actividad física fuerte puede poner en riesgo nuestro sistema cardiovascular. La Sociedad Española de Traumatología del Deporte, advierte que este atracón incrementa el riesgo de sufrir algún tipo de lesión. Por lo que se recomienda, realizar un ejercicio aeróbico de intensidad moderada (caminar a buen paso o montar en bici) durante 150 minutos semanales repartidos en un mínimo de tres días. Pero si no se dispone de tiempo para distribuir esta actividad semanal, es mucho más saludable complementar algo de ejercicio aeróbico con otro de flexibilidad que se puede practicar en casa diariamente durante 10 o 20 minutos.
5. No contar el alcohol que se bebe
Los días que más deporte practicamos son también los que más bebidas alcohólicas consumimos. Así lo asegura un estudio realizado en 2014 por el Centro de Comportamiento y Salud de Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste (E.U.A.).
Los resultados de la investigación dicen que tanto la actividad física como la ingesta de alcohol aumentan con el tiempo libre, de jueves a domingo. Esto se debe a que las personas se obligan a hacer más deporte el fin de semana y luego ya no les quede fuerza de voluntad para resistirse a una bebida alcohólica. También es posible que se sientan orgullosos de sí mismos por haber hecho ejercicio y luego se premien con cervezas”.
También se advierte de que intentar recuperar los líquidos perdidos con este tipo de bebidas es un error porque, además de la bomba de calorías que contienen, dificultan la recuperación muscular.
FUENTE: El País
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