Las grandes civilizaciones del mundo antiguo se erigieron a orillas de ríos, y sin duda uno de los más importantes y emblemáticos de pasado y del presente es el Nilo, el río más grande de África. En sus orillas se escribió la historia egipcia que nos envuelve en historias de pirámides y momias. Con una extensión de 6,600 kilómetros de longitud, este impresionante río sigue fascinando a quienes lo admiran, con el mismo hechizo que sedujo a los faraones. Es un espejo en el que se han reflejado las arenas del tiempo que definieron el pasado y el presente de la vida en Egipto.
Para empaparse de la historia y de la vida que rigió en este lugar, es recorrer el río Nilo a bordo de un crucero de lujo, desde Luxor, la ciudad de los grandes templos, hasta Asuán, la ciudad que marcaba la frontera del antiguo Egipto. Sonesta es una cadena de lujosos cruceros que transportan a los turistas por lugares de magia perenne, cada uno tan especial como los servicios que brindan. Su Sonesta Star Goddess es como un hotel de lujo flotante, donde las cabinas rebosan de finos detalles, y desde las cabinas se tiene una vista que supera a la imaginación. Si bien está situado en una de las zonas desérticas más grandes del mundo, a sus orillas se aprecia la riqueza material que nos legó una de las civilizaciones más brillantes de la edad antigua, inmortalizada en los templos de Karnak, el Valle de los Reyes, los colosos de Memmon y Edfú. Desde la cubierta del crucero se viven viajes de tres o siete días, en los que se descubren los imponentes templos, tumbas y ruinas, erigidos sobre la arena dorada. Sonesta Star Goddess honra a las ruinas y su grandeza con su propia belleza, pues es como un palacio flotante donde la comodidad y el lujo son el resguardo del calor del desierto.
Después de gozar del lujo al ritmo del vaivén del Nilo, el recorrido continúa en suelo firme. Four Seasons Nile Plaza es un hotel moderno que se erige en esta tierra de historia milenaria, escrita por las aguas del imponente río Nilo. Tan inagotable como su pasado, El Cairo sorprende con su bullicio y su vida imparable, al ser una de las grandes favoritas de los viajeros. El museo de la ciudad es una visita obligada, y especialmente la sala dedicada a las momias reales, entre las que se encuentran la gran Hatshepsut, el opulento Seti I y Ramsés II.
El hotel supera los estándares de los cinco estrellas. Al entrar, lo primero que se admira es un inmenso lobby lleno de obras de arte y hermosos arreglos florales, como si se elaboraran pensando en que los espíritus de los faraones aún rondaran sus dominios. Es el oasis al que se arriba después de un largo y caluroso día de descubrimientos y de sorpresas. Su agradable entorno incluye vastos y cómodos espacios en todas sus áreas, desde las enormes habitaciones hasta el spa, las piscinas y el jacuzzi. El Nilo o las pirámides engalanan con su presencia las vistas desde las ventanas, como guardianes silenciosos de los siglos que han visto transcurrir.
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