La frase atribuida al exitoso profesor Carlos Hank González, se sigue aplicando a cabalidad. Entre los trabajos más pelados está el de banquero, corredor de bolsa, político o burócrata de altos vuelos. Acumular cargos de elección popular, combinados con trabajo sindical, de funcionario público, reditúa bien para algunos afortunados que literalmente habitan el penthouse de la realidad.
¿Qué tienen en común Enrique Ochoa Reza, el recién nombrado presidente del PRI y Alejandra Barrales, la nueva dirigente del PRD? Además de que ambos fueron nombrados con unos días de diferencia, presentaron su declaración 3de3, este documento que está de moda y que fue aprobado con muchas salvaguardas en la nueva ley anticorrupción que acaba de entrar en vigor. Barrales y Ochoa Reza son políticos muy bien administrados que han reunido dinero y bienes que llaman la atención.
Alejandra Barrales dio a conocer que es dueña de una casa en la Ciudad de México de 13 millones de pesos, un departamento en Acapulco de 9 millones, otro departamento en la capital y un terreno en el Estado de México. Tiene cuentas, inversiones, autos de lujo.
Enrique Ochoa Reza, el líder del PRI, ex director de la Comisión Federal de Electricidad, tiene una casa en la Ciudad de México de 7 millones de pesos, un departamento en la Paz, Baja California de casi 10 millones de pesos, un terreno en Michoacán de 3 millones 370 mil pesos. Es dueño de 50 autos marca Nissan, todos comprados al contado y que son parte de la flotilla de taxis Uber. Obras de arte, cuentas, e inversiones, todo por un total de 38 millones 865 mil pesos.
A los que les va muy bien es a los expresidentes. Echeverría, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón. Además del equipo de seguridad, secretarias, choferes, ayudantes que les otorga el Estado Mayor Presidencial, para ellos, y sus familiares, reciben una serie de beneficios como gasolina, coches, gastos, seguro médico y no precisamente en el IMSS. Esto además de su pensión. El único que se sabe rechazó su pago de expresidente ha sido Ernesto Zedillo, pero conserva todo lo demás, prácticamente no necesitan traer cash en la bolsa. Se calcula que mantenerlos nos cuesta a todos, unos 40 millones de pesos al año. Unos 8 millones al año para cada uno.
Los expresidentes, sobre todo Fox y Calderón, participan en el circuito de conferencias internacionales, cobran cantidades que varían de 100 a 150 mil pesos o más o menos por cada conferencia que dan. Felipe Calderón acaba de ser invitado a pertenecer al Consejo de Administración de la empresa Avangrid, empresa de generación de electricidad, con sede en los Estados Unidos, ligada al español Iberdrola.
Ahora que se habla de austeridad debería de replantearse los gastos y pensiones de los expresidente y lo que es importante, el aparato de seguridad que conservan.
Si está por salir de vacaciones y tiene planeado ir a alguna de las playas de México, está usted seguro. La comisión de protección contra riesgos sanitarios, la Cofepris, asegura que 268 playas de 17 estados son seguras para nadar, pero no dice que tan seguras son para ir a comer a una playa y no ser baleado.
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