El estudiar derecho no es nada sencillo, ya que deben memorizar gran cantidad de leyes, códigos y ordenanzas para luego aplicarlas en su vida laboral. Gracias a la tecnología, tenemos un abogado que jamás necesitará consultar libros. Su nombre es Ross, el primer abogado robot que gracias a la Inteligencia Artificial es capaz de interpretar casos y dar con la respuesta correcta acerca de cómo proceder. Creado utilizando la tecnología de la supercomputadora Watson de IBM ya trabaja en una firma norteamericana.
Gracias a sus algoritmos, Ross es capaz de escuchar preguntas sobre diferentes temas legales ya que está programado para entender el lenguaje humano y de allí dar su respuesta citando las leyes y códigos correspondientes.
Mientras más trabaja Ross aumenta su eficiencia ya que aprende de sus experiencias lo que hace progresar mucho más rápido que un abogado de carne y hueso, no por nada ya tiene un empleo.
Ross es obra de una startup canadiense inspirada por los altos costos que tiene el contratar un abogado de carne y hueso para casi cualquier proceso. La idea no es quedarse con el empleo de los abogados, sino que servir como un asistente ultra calificado.
Crédito de imagen: Internet
Este robot-abogado aprovecha su gran capacidad de procesamiento para aprender sobre las leyes y sistemas judiciales de diferentes países y gracias a la tecnología de Inteligencia Artificial no es necesario saber de programación para interactuar con él.
Ross es capaz de procesar el lenguaje humano por lo que no hay que expresarse de forma diferente y luego analiza toda la información para dar con la respuesta correcta utilizando no solo sus conocimientos legales, sino que también lo que aprende de noticias y otros casos relacionados por lo que siempre está al día.
Los algoritmos de Ross inspirados en la súper computadora inteligente Watson de IBM pueden aprender mientras van resolviendo casos y otorgando consejo legal. Sus creadores esperan que este robot pueda aprender sobre derecho internacional y ser útil en todo el mundo.
Por ahora Ross trabaja como especialista en leyes financieras dentro de la firma legal Baker & Hostetler en Estados Unidos y la idea es que no solo se expanda a otras áreas del derecho, sino que sea una opción más económica para las personas que necesitan el consejo de un abogado, aunque quién sabe, quizá pronto lo veremos en juicios más complejos donde seguramente será más eficiente y agradable que un abogado de carne y hueso.
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