Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.
Todo lo que se recibe es un regalo, incluso las experiencias más traumáticas pueden ser en realidad “llamadas de atención” y por lo tanto, regalos. La respuesta adecuada para cualquier regalo es la gratitud.
En el fondo de nuestro corazón, podemos convertir el miedo en confianza valiente; los nervios y la confusión en quietud; el aislamiento se puede convertir en una sensación de unidad con los demás; la introversión en amor; y las reacciones irracionales en sentido común. La imaginación creativa de la gratitud nos dirá a cada uno de nosotros cómo conseguir estas cosas. Aquí tienes cinco gestos pequeños que te pueden ayudar a demostrar gratitud y mantenerte despierto.
1.- Toda gratitud expresa confianza. El que no se fía no reconocerá un regalo como tal. Pensará: “es una trampa, un engaño o un soborno.” La gratitud tiene la valentía de confiar y de esa manera supera el miedo.
Hoy en día hay demasiado miedo en el ambiente. Es ahí donde está el gran peligro: el miedo perpetúa la violencia. Pon en movimiento la valentía de tu corazón, como hacen los que están despiertos. Di una palabra hoy a alguien que tenga miedo para darle de esa manera valentía.
2.- En tanto que la gratitud expresa valentía, a su vez propaga calma. Este tipo de calma es muy compatible con las emociones más profundas. Únete a los que tienen compasión y son fuertes y calmados. Actúa desde la quietud del núcleo de tu corazón. Toma la mano de alguien hoy y propaga la calma.
3.- Cuando eres agradecido, tu corazón se abre. Se abre a los demás por sorpresa. Durante momentos de catarsis en tu vida, o en las vidas del colectivo, a veces vemos ejemplos sobresalientes de actitudes de apertura: a veces personas que no se conocen se ayudan entre sí de forma heroica. Sin embargo hay otras personas que deciden aislarse y casi no se atreven a mirar a los demás a los ojos. La violencia empieza con el aislamiento. Rompe ese patrón. Contacta con personas que normalmente ignorarías, por lo menos establece contacto visual: el agente de la cabina del peaje, el encargado del estacionamiento, alguien en el ascensor. Mira a un desconocido a los ojos hoy y date cuenta de que no es un extraño.
Autor: JEAN DE LA BRUYERE, escritor y moralista francés.
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