Ser #Lord o #Lady está de moda en México. Pero no es ningún privilegio convertirse en uno porque no se trata de títulos nobiliarios y de distinción como ha sido en otras sociedades y tiempos; ahora, gracias a las redes sociales, se trata de la burla, la exhibición de quien ha incurrido en actos de arrogancia, soberbia, prepotencia o corrupción.
Hoy como nunca la prensa está en manos de todos, las cámaras de los celulares permiten a cualquiera ser un potencial denunciante de cualquier conducta inadecuada.
Y aunque ya comienza a darse la discusión en torno a cómo estas denuncias podrían llegar a vulnerar los derechos humanos, mientras esa discusión no lleve a poner límites, todos estamos expuestos a convertirnos por un arrebato o un acto poco cívico, en el #Lord o la #Lady de moda.
¿Qué se puede hacer? La respuesta representa una ventaja para la mejor convivencia: comportarnos mejor, respetar las normas. Aquellos que suelen ser prepotentes o arrogantes tendrán que aprender a controlarse; los que son corruptos, deberán cuidarse porque hoy no sólo las paredes oyen, escuchan y ven también los árboles y las ventanas, y el salto a la mala fama está a un clic de distancia.
No debe ser grato, quiero suponer, convertirse de un día para otro en #Lord o #Lady “X”, ser señalado y estigmatizado, tener que esconderse de las cámaras, de los medios y de la autoridad y dar la cara sólo a través de un abogado.
Y aunque la fama e incluso la mala fama, en los tiempos que corren sólo dura 15 minutos pues ¡qué necesidad! Digo yo. Tomemos lo bueno de la exagerada exposición y seamos más educados más civilizados…que buena falta le hace a la sociedad actual
Insisto: Pero ¿qué necesidad de exponerse al linchamiento mediático que puede generar no pocos problemas tanto sociales como económicos?
Imprimir este artículo