En el centro de un mundo convulsionado por los extremismos en varios ámbitos de la sociedad y en muchos puntos del orbe, el país más poderoso, tiene como candidato a la presidencia a un hombre que en su filosofía promueve posturas extremas: se llama Donald y es caprichoso como el pato del mismo nombre, parte de la cultura popular del país que podría presidir…se apellida Trump y su apellido se traduce como triunfo… ¿Será?
El magnate neoyorquino, cuya personalidad reúne no necesariamente lo mejor de la cultura norteamericana, es el candidato republicano a la presidencia de USA.
El resultado indica que fueron fructíferas las polémicas declaraciones de Trump en su precampaña, sin embargo, el hecho de que la misma le haya permitido ganar puntos y acercarse hasta una diferencia de 7 a su contrincante demócrata Hillary Clinton no le garantiza que seguir por el mismo camino le dará resultados iguales.
Los propios republicanos apuestan a que el magnate suavizará su discurso ya rumbo a la presidencia de los Estados Unidos.
Nada garantiza sin embargo que eso suceda. Tampoco está garantizado que, de ganar, flexibilice en alguna medida sus posturas. Lo cierto es que, si gana, muy poco de lo que ha prometido en torno a la migración ilegal podrá ser llevado a la realidad.
La deportación masiva sería tan costosa que resulta imposible. ¿Puede endurecer las normas para entrar al país? Si.
¿Puede ser más exigente con las empresas para que no contraten ilegales? Si.
La construcción de un muro en la frontera con México, es decir, una gran barda de 3185 kilómetros que además según él, tendría que ser pagado por México, no parece viable.
La construcción de muros en esa zona no es algo nuevo. Se ha dado en varios episodios y el más intenso de ellos fue bajo el mandato de George W. Bush en 2006 sin embargo, ya desde entonces han pasado varias cosas: se ha demostrado que no disminuyen la inmigración ilegal, sino que orillan a los migrantes a buscar cruzar por lugares más peligrosos y consecuentemente se incrementa la muerte de personas.
Y, por otro lado, si en aquel entonces hubo protestas de ambientalistas y propietarios, hoy las primeras podrían ser más intensas y los segundos podrían multiplicarse.
En conclusión, los dos principales postulados de Donald Trump con los que ganó la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos, amenazan con caerse, como si fuesen muros de arena…es lo que pasa con los caprichos ¿no le parece?
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